sábado, 10 de febrero de 2007

Estaciones de descanso

Empiezo a encontrar en ti,
esquinas y cambios de sentido
de improvisto.
Y he decidido acelerar mi velocidad.

Las ruinas, el oráculo, tu pulso,
se (de)vuelven contra mí mientras me visto.

Tus manos,
y el preludio impensable que trazan
tus dedos perdidos
sobre el perfil de mis muñecas heridas.

No hay raza, no hay tiempo, no hay piel.
Tan sólo la extraña sensación de estar entrando
en ti
casi sin tocarte.