miércoles, 23 de mayo de 2007

Porque yo de mayor quiero ser...


Y en dos líneas, que dejó tiradas sobre la cama vacía y esquelética, sin restos de amor que lamer, y sin victoria alguna, derrotó a su vanidad en 7 palabras que aún quedan intactas:


"Déjame que decida por tí.

Déjame equivocarte."


Se vistió, como siempre, con su uniforme de madre, de amiga, de hermana, de vecina, de cómplice, de pecadora, de heroína. Se limpió el rimel corrido de la cara, se quitó el maquillaje de la noche, se afiló los tacones con un par de pasos valientes en dirección a la puerta, y se ajustó el nombre que llevaba prendido con alfileres en su escote para darse a conocer al mundo:


MAMEN SOMAR. Heroína del fracaso.


Ella es, sin duda, (y robo estas palabras de su boca), el talismán perfecto para lanzarse a la derrota y renacer de nuevo sin un sólo rasguño. Ella es, y ojalá lo sepa, mi profesión pendiente.


P.D. Búsquenla en su libro: "Interior de una sombra", Ed. El arbol Espiral