
He volcado el reloj de pared sobre el cuenco de leche caliente. Las agujas se han deslizado hasta la superficie líquida como vertidas autónomamente. Ahora la leche es más espesa. Las horas han dejado huella en apenas unos segundos de inmersión bajo su tacto escurridizo.
El desayuno vuelve a indigestárseme, y todo pasa rápido mientras el periódico, dobladito y algo deshojado a mi derecha, susurra en la contraportada un día caótico y desesperado por regresar a su placenta inicial, con sabor a nórdico y a oscuridad.
Pienso en ti. Pienso en si hubiéramos dejado las cosas como estaban. Pienso en si ayer no debí decirte todo lo que te dije. Pienso en si sería mejor hacer las maletas y regresar a mi cama esta noche. Pienso que quizá, tú me quieres demasiado, y yo me he quedado en el intento de alcanzarte.
Pienso en tu guitarra. En tus dedos encallados al salir de un baño caliente, envuelto en un cascarón del tacto de la seda que empapa la humedad y el sudor de tu cuerpo. Pienso en tu manera de huir, siempre a última hora. Pienso en tus canciones, y en tus carreteras. Pienso en tus noches y en tus ojos grapados por el cansancio cuando el despertador te grita buenos días.
Ya tengo puestos mis zapatos nuevos. Esta vez no tienen cordones, para que no se desaten y no tropiece. Vuelvo a caminar.
Sin ti.
El desayuno vuelve a indigestárseme, y todo pasa rápido mientras el periódico, dobladito y algo deshojado a mi derecha, susurra en la contraportada un día caótico y desesperado por regresar a su placenta inicial, con sabor a nórdico y a oscuridad.
Pienso en ti. Pienso en si hubiéramos dejado las cosas como estaban. Pienso en si ayer no debí decirte todo lo que te dije. Pienso en si sería mejor hacer las maletas y regresar a mi cama esta noche. Pienso que quizá, tú me quieres demasiado, y yo me he quedado en el intento de alcanzarte.
Pienso en tu guitarra. En tus dedos encallados al salir de un baño caliente, envuelto en un cascarón del tacto de la seda que empapa la humedad y el sudor de tu cuerpo. Pienso en tu manera de huir, siempre a última hora. Pienso en tus canciones, y en tus carreteras. Pienso en tus noches y en tus ojos grapados por el cansancio cuando el despertador te grita buenos días.
Ya tengo puestos mis zapatos nuevos. Esta vez no tienen cordones, para que no se desaten y no tropiece. Vuelvo a caminar.
Sin ti.
11 comentarios:
Me ha gustado mucho tu blog. Espero que sigas así de bien. Besos!
lo importante es caminar ... y cuando lo haces sola es cuando más cosas se aprenden, sobre todo de ti misma.
o al menos eso me pasa a mí :) jeje
un saludo
es una noche templada la de hoy. Me senté un momento, a mirar el camino andado... pero prometo, como tú, seguir andando mañana :-)
Un besote
Ñam, ñam...delicioso...al final le damos a las cosas una trascendecia que no tienen por sí solas, que se desparrama en cuanto les alejamos nuestra mirada apreciativa. Todo lastre, aunque suene triste, no es más que eso.
Me ha gustado mucho tu blog.
Baci
Tú me escribes, vuelves de vez en cuando a ver con mis ojos, escribes que te gusta, que seguirás volviendo para dejarme palabras, una huella tuya que no conozco, que deseo, que me inyecta una ilusión desconocida y me trae aquí, te leo, todo tiene sentido: aprendo de ti, sigo caminando cada día por personas como tú, que dan valor a mis ojos y a mi locura... tú siempre escribes sin un remite exacto para dejarme colgado, de repente, de vez en cuando, llegas a mis ojos deprisa y yo me defiendo con tus palabras, que me llevan a otras aunque tú no las puedas ver, aunque no te conozca sé que tu piel huele a un fuego que me quema y me inventa cada día... cada día...
un gracias cada día...
=)
Voy a quedarme akí para leerte despacito¿ok? Me llama la atención tu blog...
Ponte un clazado cómodo si te apetece lelgar lejos en ese caminar solitario.
Un beso
los héroes mueren rápido justo por eso: por descifrar los misterios de un corazón que escribe aquí, refugiado, no se muestra y los héroes necesitan de los ojos, pero a veces los ojos están lejos y el tiempo los lleva hacia arriba y cuando llegan a caer al suelo, a la tierra, los héroes han ido más rápido, sin límites, y se estrellan por ver esos ojos rodar, mirarlos, reconocerse en su reflejo y salvarse, pero ¿cómo pueden salvarse si sólo tienen palabras? si los ojos están lejos y no pueden verse y los héroes son estos ojos, que miran deprisa para no perderse nada y quedarse en todo, en ti, en las caricias que sueñan y que vendrán, a la velocidad de un sueño, un sueño que ya no recordaré cuando te vea... cuando cuente ese abrazo, y el siguiente y la vida entera después...
Vaya, qué triste final. Bueno, cálzate unos Louboutin y todo se verá diferente. Ánimo! ;)
Caminar es querer equivocarse
porque tuya es mi sed y su equilibrio
y su
Amor
y al final, siempre la misma cuestión de cuerdas que se tensan sin equilibrio.
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